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La historia de Adrián

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Adrián es un estudiante ejemplar cuya materia favorita son las Matemáticas, pero ahora se enfrenta a otro tipo de problema: linfoma de Hodgkin. El linfoma de Hodgkin es un tipo cáncer que empieza afectando a los ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos son masas de tejido que controlan la circulación de la linfa, un fluido que contiene glóbulos blancos, los cuales se encargan de luchar contra las infecciones.

A Adrián le diagnosticaron linfoma de Hodgkin cuando tenía 11 años. Todo empezó cuando sus papás se dieron cuenta de que tenía el cuello inflamado. A él no le dolía nada. Su pediatra primero creyó que la inflamación de los ganglios linfáticos podía deberse a alguna infección y lo mandó a un hospital infantil para que estudiaran el caso en profundidad. Allí, le hicieron radiografías y tomografías computarizadas (dos técnicas de diagnóstico por imagen) de la zona del cuello, donde le detectaron un bulto cerca de la tráquea que amenazaba con obstruir el paso del aire. El bulto resultó ser un tumor, y las cosas se empezaron a acelerar.

Inmediatamente le programaron una biopsia, un procedimiento quirúrgico que consiste en extirpar y examinar una pequeña cantidad de tejido del tumor. La siguiente noticia que tuvo es que el y sus papás tenían cita con un oncólogo, un médico especializado en el tratamiento del cáncer. El médico le explicó a Adrián que le habían detectado cáncer. Adrián recibió la noticia con una gran entereza. “Me gustó que el médico me explicara qué me pasaba y qué podía esperar -dice el-. Lo que me cayó fatal fue que me dijera que se me caería el cabello.”

Quimioterapia y caída del cabello

Y el oncólogo tenía razón. Después de la segunda sesión de quimioterapia (el tratamiento para matar las células del cáncer), el cabello de Adrián se empezó a caer poco a poco. Cuando, al fin, se hizo a la idea y se afeitó la cabeza, se guardó varios mechones de pelo en una bolsa como recuerdo. Adrián todavía echa en falta su melena, pero ha empezado a hacerse una colección de gorras y sombreros a juego con sus playeras. Su sombrero favorito es de color azul marino.

Debido a que apenas tiene pelo, Adrián es consciente de que los desconocidos a menudo la miran fijamente o con expresión de extrañeza. Pero sus amigos ya se han acostumbrado a su nuevo aspecto. Le han sido leales, en palabras del mismo Adrián, y han sabido encontrar formas de seguir haciendo actividades juntos a pesar del cáncer.

“Sigo jugando con mis amigos -dice el-, aunque ahora tenemos que ir con más cuidado debido al riesgo de infección. Y generalmente nos quedamos en mi casa.”

Cosas que Adrián no puede hacer

Mientras dure el tratamiento, Adrián no podrá ir a algunos de sus lugares favoritos ni practicar algunas de sus actividades preferidas. Ahora no pude ir de compras. No puede ir a la alberca porque lleva un catéter central de quimioterapia, que le implantaron quirúrgicamente en el pecho para poderle administrar el tratamiento más fácilmente. Tampoco puede tomar el sol.

Para Adrián, la parte más dura de tener linfoma de Hodgkin es que no pude ver tanto a sus amigos como antes. Al tener más tendencia a contagiarse de las enfermedades que padecen otros niños, Adrián ha tenido que dejar de ir al colegio. Ahora viene un maestro a su casa para darle clases particulares. Pero él ya está deseando volver a la ajetreada vida que solía tener en cuanto acabe el tratamiento y de volver a participar en el consejo de alumnos y en los ensayos de teatro y del grupo de futbol de su colegio -siempre y cuando su recuperación siga progresando.

Mirar hacia delante

Actualmente Adrián pasa la mayor parte del tiempo en casa, donde vive con sus papás, su hermano mayor Rafael, su hermana mayor Fernanda, su viejo pastor alemán de 12 años Chango y su cachorro Changuito. Su sueño es ir a África algún día para fotografiar animales salvajes. El ve el futuro con optimismo y espera encontrarse cada vez mejor.

Mientras tanto, Adrián dice que es importante que los demás entiendan que él es el mismo de siempre. “Después de todo -dice- haber perdido algo no significa que lo hayas perdido todo.”