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Reducir efectos secundarios mediante comida

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El cáncer y sus tratamientos pueden causar una serie de efectos secundarios, como náuseas, vómito, boca seca, llagas en la boca, estreñimiento y diarrea. También pueden:

  • Hacer que el niño tenga una sensibilidad aumentada al olor y a la temperatura de la comida.
  • Hacer que al niño le cueste tragar.
  • Causarle cambios en el sabor que pueden hacer que le dejen de gustar alimentos con los que antes disfrutaba.

Afortunadamente, después de que concluya el tratamiento, estos problemas remiten.

Mientras tanto, ayude a calmar las náuseas y los vómitos asegurándose de que su niño se toma todos sus medicamentos correctamente y de que se alimenta bien.

  • Ofrézcale una dieta blanda, sobre todo los días en que su niño reciba tratamiento. Evite los alimentos salados, dulces, grasos y/o fritos.
  • El olor de los alimentos también puede desempeñar un papel en las náuseas.  Considere la posibilidad de darle alimentos que no huelan o que huelan poco y no cocine cerca de su niño.

Para ayudar a controlar la diarrea, dele a su niño alimentos como el pan, el plátano, el arroz blanco y el pure de manzana, que son fáciles de digerir. Evite los productos lácteos; los alimentos grasos, los especiados y los fritos; los alimentos y las bebidas con cafeína (como le café, el té y el chocolate); los alimentos de alto contenido en fibra; la verdura y la fruta frescas y crudas; alimentos como la col y el brócoli, que causan gases. Los niños con diarrea deben beber más de lo habitual para compensar la pérdida de líquidos a través de las heces.

Para ayudar a controlar el estreñimiento, ofrezca a su niño alimentos de alto contenido en fibra, como fruta, como la verdura, lo frutos secos y los panes o cereales integrales. Aparte de agua, ofrezca a su niño jugos de fruta y verdura (como el jugo de ciruela), así como líquidos tibios, como las infusiones.

Un cambio en las preferencias alimentarias puede parecer algo insignificante, pero, si eso hace que a su niño deje de interesarle comer, no será tan insignificante. Tendrá que gestionarlo mientras dure, lo que se puede alargar semanas e incluso a años.

  • Ayude a su niño a llevar una buena higiene oral, cepillándose los dientes con regularidad y enjuagándose la boca a menudo, así se le podrán reducir las llagas en la boca, y la comida le sabrá mejor.
  • Si su niño es hipersensible al sabor del metal, pruebe a usar cubiertos de plástico.
  • Anime a su niño a probar alimentos nuevos. Los alimentos de sabores fuertes es posible que enmascaren los cambios que hayan tenido lugar el gusto de su niño.
  • Tenga a mano una amplia variedad de alimentos para ayudarlo a gestionar los cambios que se vayan produciendo en el gusto de su niño.